¡EL SHOW DE LA VIDA CONTINÚA EN INVIERNO!








De las actividades que recuerdo de mi infancia, durante la época de invierno, eran el colegio y los partidos de fútbol con mis amigos. Yo recién pude desarrollar muchas de mis habilidades, relacionadas con el arte, en mi juventud. Con esto no busco levantar una queja, todo lo contrario, mi propósito es hacer una reflexión, planteando la siguiente interrogante ¿por qué los padres dejan que sus hijos caigan en la rutina?

Por el mes de marzo, tiempo donde niños y adolescentes comienzan las clases escolares, los negocios que más ganan, definitivamente, son los colegios, las marcas de útiles escolares, de mochilas, calzados, uniformes; sin embargo, los enfocados en el ejercicio y en talleres que promuevan las habilidades blandas bajan considerablemente. Es cierto y lógico, los padres priorizan al colegio, pero después surge el olvido de lo importante que es para un menor edad perseverar y ser constante en el taller o actividad que estuvo cultivando durante el verano.

Por ejemplo, hacer deporte, cultivar una danza o instruirse en el dominio de un instrumento musical, ayuda a salir de esa rutina que implanta la época escolar. Como comunicador, profesión perteneciente a las Ciencias Sociales, he podido observar que el hecho de que los padres no sigan fomentando en sus hijos esas actividades que rompen con la rutina, hace que el menor busque sus propios mecanismos para salir de ella. Estas salidas que buscan los niños y adolescentes, muchas veces mal direccionadas, puedan estar reflejadas en vicios tales como videojuegos, salidas descontroladas y excesivas a fiestas, inclusive que falten a sus clases escolares.


Hoy en día, veo pocos niños o adolescentes haciendo deporte en los parques; claro, muchas veces los municipios no ayudan del todo, pero más allá de ese tema, creo que hay un claro problema o ignorancia sobre qué tan importante es incentivar una formación extra curricular en nuestros hijos. A la larga, no enseñarles a salir de la rutina, de manera pedagógica, también puede traer consecuencias como la desorientación en su vida universitaria.

He tenido la oportunidad de hablar con jóvenes que vienen cursando el quinto ciclo de universidad, y observo que, durante su vida universitaria, han estado tan enfocados en una rutina que no ven más allá de su malla curricular. El consejo que siempre les doy es que observen a su compañero de al lado, quien está recibiendo la misma instrucción que él, los mismos cursos, la misma malla y se pregunten "¿en tu vida profesional, qué te va a diferenciar de ese chico, si prácticamente han recibido la misma instrucción?" Es allí donde entran a tallar los cursos extra curriculares, seminarios, conferencias, voluntariado, entre otras actividades que alimenten su preparación profesional y, sobre todo, su diferencial competitivo.

Todo padre de familia siempre busca que su hijo (a) sea el (la) mejor, pero ¿acaso considera que lo puede lograr si lo esclaviza en una rutina? Esta siempre busca que la sociedad se mueva de manera homogénea. Si quieres que ese niño o ese adolescente destaque y sea verdaderamente alguien que se diferencie, empieza porque descubra su propio "yo", asistir al colegio no será suficiente; el centro de estudios juega un rol importante para su descubrimiento como persona, sí, pero aún hay otras actividades pedagógicas que podría brindarle a tu menor hijo la oportunidad de lograr ser él mismo y así poder aspirar a una vida con muchas más opciones que superen esa rutina que puede que a ti ya te haya esclavizado.

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