¿NACIONALISMO O EGOÍSMO?



Caminando por el puente de la Av. Javier Prado, saliendo del trabajo, en una tarde de día de semana, me encontré con un niño venezolano que estaba vendiendo sus cupcakes. Es difícil identificar cuando un pequeño trabaja por necesidad o por explotación. Felizmente tengo mi manera de identificarlo, y cuando me topo ante un menor con necesidad, lo apoyo, sé que cada sol cuenta, inclusive suelo comprarle alguna bebida fría para que se refresque un poco ante este calor terrible que nos invade en la temporada de verano.

Le compré uno de sus cupcakes al niño venezolano; mientras le invitaba un helado, pude conocer un poco más de la historia de Venezuela a través de este pequeño. Él tendría que estar disfrutando de su niñez al igual que muchos de nuestros niños peruanos que vienen soportando el trabajo infantil. La diferencia es que en nuestro país los gobernantes no son lo suficientemente capaces de implementar legislaciones educativas y en favor de los niños para abolir por completo esta problemática y garantizar el buen futuro de nuestros pequeños. 

Si eso ya es un problema en el Perú, una nación que lleva cuatro gobiernos en democracia, imagínense qué siente ese niño que tuvo que salir de su propio país para poder intentar vivir en un mundo desconocido y ruidoso como lo es el Perú, pero donde también es un lugar en el que puede tratar de respirar LIBERTAD.

Es una realidad que miles de venezolanos han ido migrando a diversos países para buscar un futuro donde la dictadura abusiva de Nicolás Maduro no tenga cabida ni lugar. Según una de las notas informativas del diario El Comercio, afirma que hasta el mes de enero del 2018 son 21 000 ciudadanos  venezolanos que están formalizados en su condición migratoria por el Permiso Temporal de Permanencia. Sí, también es cierto que hay casos donde permanecen en nuestro país de manera ilegal. 

Lo que ocurre actualmente es una campaña de repudio  y rechazo al venezolano que, a mi parecer, está promovido por el modismo social, impulsado por la izquierda radical que busca cuestionar y condenar la permanencia de los venezolanos en nuestro país, y en general en los diversos países de Latinoamérica. 

Las personas se indignan cuando una venezolana critica nuestra rica Chicha Morada o que, según algunos usuarios virtuales, los venezolanos han exigido galerías en Gamarra, cuando en realidad lo que han pedido es un espacio en la vía pública de esta zona comercial para poder ofrecer servicios como ambulantes. 

Las personas que argumentan en contra de la permanencia de los venezolanos en el Perú tienen razón en parte, en el sentido de que hay casos donde los inmigrantes exigen demasiado sin argumentos razonables o insultan al país que los acogió, pero lo que debilita la postura del grupo que cuestiona la permanencia de estas personas es la generalización de las cosas.

Por otro lado, sale un vídeo donde un peruano ofende en el bus a un venezolano que vendía sus bombitas, acto que fue rechazado por muchos usuarios; sin embargo, no he notado una generalización de que los peruanos no queremos o abusamos de los venezolanos.

Con respecto a la temática planteada en el título sobre si lo que se hace en contra de los venezolanos es nacionalismo o egoísmo, he identificado dos problemas: La memoria y la ceguera.

¿Por qué la memoria?

Las personas se olvidan, no comprenden bien o desconocen lo que verdaderamente vivió el Perú con la súper inflación en los años 80 y el gran golpe del terrorismo fomentado por una izquierda radical y sangrienta. La realidad de ese entonces es que miles de peruanos tuvieron que migrar, y no solo a Venezuela, sino también a Estados Unidos, España, Francia, Canadá, entre otros países. Vivíamos una crisis terrible, poder pasar un día con luz eléctrica era un lujo. Lamentablemente las personas olvidan o no comprenden bien lo que fue eso. 

La realidad de Venezuela es que es un país en crisis, donde no hay futuro, la gente muere y las oportunidades para los niños o jóvenes son CERO. Una reacción lógica de los ciudadanos, en un país en crisis, es la migración hacia otros PAÍSES. Nosotros, como una nación democrática y que promueve los Derechos Humanos, aunque el modismo social solo busca aplicarlos a su conveniencia, debemos ayudar a aquellas personas que son violadas en sus derechos y deberes.

¿Por qué ceguera?

Parte de la opinión pública no se da cuenta que esta generación de rechazo es provocada por el modismo social fomentado por la izquierda radical, donde la influencia chavista maoísta senderista está presente. Buscan la generalización, un caso de un venezolano que se porta indebidamente en nuestro País lo vuelven absoluto. Por otro lado, el "nacionalismo" falso que se fomenta. 

Según la Real Academia Española, el término "Nacionalismo" significa "sentimiento fervoroso de pertenencia a una nación y de identificación con su realidad y con su historia", según esta definición dada por la misma RAE, los argumentos generalizadores provenientes del modismo social que influyen en varios jóvenes para hacerles repetir frases de rechazo, no demuestran conocer la historia del Perú (y si la conocen solo sacan a la luz lo que les conviene); además, no tienen una identificación con la realidad del país, ya que obvian situaciones muy cruciales e importantes para el desarrollo de la nación como la verdadera defensa contra la violencia, la educación, la seguridad, entre otros temas.

Yo sí estoy a favor que los venezolanos vengan a mi y a tu país para poder subsistir en esta vida, el Perú ya lo pasó, es cierto que hay empresas abusivas y estereotipadas que prefieren al extranjero que al peruano, peor si su mano de obra es barata. La vida está llena de injusticias, pero por esas cosas nosotros no vamos a caer también en la injusticia. Siempre he pensado que la única manera de salir adelante es estudiando, trabajando y buscando oportunidades. 

Muchos venezolanos han encontrado su oportunidad acá en el Perú, como ese pequeño niño del puente de Javier Prado, que tiene derecho a jugar, llevar algún taller en sus vacaciones, reír, no trabajar, pero lamentablemente ha tenido que venir a nuestro país, crecer rápido, porque su presidente no le permite vivir como niño. Así como él, hombres, mujeres, niños, niñas, ancianos, ancianas tienen esa realidad. Ojalá cambie, pero si caes en la ola del modismo social, créeme que tu vida seguirá en quejas y en contra de otros, esclavizando así tu vida.

Tú decides y respóndete a ti mismo si verdaderamente eres nacionalista o egoísta, pero creo que ante todo primero debe prevalecer tu humanidad.

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