LA JARANA EN EL GRAN CHIMÚ


El Campeonato Mundial de Trujillo 2018, como siempre nos ha venido trayendo momentos de disfrute y fiesta; además, de acontecimientos que producen asombros y polémica.

La pareja número 160, conformada por Marianella Díaz y Fernando Urcia, de la categoría Senior, desató una ola de aplausos y ensalzamientos en el Gran Chimú. Su baile con un estilo híbrido entre la marinera y el estilo dancístico andino, logró presenciar una innovación magnífica no solo en el baile, sino en la construcción de un concepto de expresión artística que puede trascender a una variable propia de una presentación de marinera. Hago énfasis en el concepto de "Presentación de Marinera" mas no "Concurso de Marinera". 



Fotografía: Fanpage Club Libertad Marinera, 

Marianella y Fernando, armaron una jarana de lujo en el Gran Chimú.



Antes de explicar mi última afirmación sobre por qué "no concurso de marinera", voy a terminar de explicar los hechos. Antes, durante y después de la Final Final de la categoría Senior, gran parte del Gran Chimú coreaba su apoyo a la pista dos, lugar donde se encontraba esta hermosa pareja de baile. La polémica surgió después, ante la decisión del jurado, cuando le dieron el tercer lugar a Marianella y Fernando. Las críticas en el momento y después, a través de las redes sociales, no se hicieron esperar. Pude observar tanto elogios hacia la pareja y críticas e inclusive acusaciones sobre una supuesta argolla y discriminación hacia estos talentosos bailarines.

Primero, debo decir que concuerdo con todos los que mencionan que Marianella Díaz y Fernando Urcia tuvieron una propuesta innovadora; yo que no soy de tomar cerveza, en ese momento, al verlos, tenía ganas de coger una caja y que empiece la jarana, nada que pisco, quería chela. Las danzas andinas, el huayno, el huaylas, se me viene a la mente el Dúo de Ayacucho, música hermosa, y ver su esencia plasmada en la marinera fue algo emocionante. Sin embargo, las bases del Campeonato Mundial de Trujillo son claras.

Lo que se evalúa es el baile tradicional de la marinera, y eso incluye el vestuario, el concepto y sobre todo que los bailarines expresen la tradicionalidad de la marinera. Voy a poner un ejemplo, supongamos que estamos presenciando una final final donde un chalán retrocede haciendo arrodillados , o realice la famosa maniobra con el pañuelo de expulsarlo y atraparlo; esas jugadas restan puntos. Claro, a la gente le encanta y se emociona, aplaude y quiere más innovación, pero eso NO ES MARINERA, son pasos y movimientos que se dan en presentaciones pero NO EN CONCURSOS, es ahí donde doy mis argumentos sobre el porqué el baile de Mariella y Fernando fue un espectáculo de lujo para una presentación, mas no para un concurso, porque su baile no es marinera.

Lamentablemente, yo no veo ahí el enamoramiento; básicamente observo a dos personas que se están juergueando de lo lindo, que repito no está mal para una presentación de lujo pero para un concurso no va. Por otro lado, felicito al jurado, quienes permitieron que pasen a la Final Final, para que Marianella Y Fernando puedan seguir dándonos más espectáculo, y sigamos reemplazando el Pisco por la Chela por un momento, pero de ahí a que ganen era imposible, no por argolla ni discriminación, sino por un tema de respetar la naturaleza del concurso, y de la marinera.

Finalmente, si bien lo que hizo esta pareja sí fue transmitir lo que debe tener un baile de marinera, ese sentimiento de amor, pasión y disfrute por este baile nacional. Eso definitivamente hubo, y creo que todos los que conocemos este bello arte lo afirmamos, pero al 100% marinera no lo fue. Eso no quiere decir que Mariella y Fernando deban dejar su estilo para los concursos, al final la voz del pueblo es la voz de Dios, y si el Gran Chimú quiere verlos en el Mundial de la Marinera, pues para adelante. En lo personal yo los quiero seguir viendo, tanto en presentaciones como en concursos, pero, además, quisiera tenerlos como campeones mundiales, y para ello considero que es necesario pegarse a las bases de la competencia mundial, y ya después impresionar presencialmente (no solo de manera digital) al mundo entero por medio de su estilo lleno de corazón y patriotismo.



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